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Tributo a "EL Cojo de Hierro"

Para celebrar la vuelta a la vida de Josdeputa.com comenzaré obsequiando a nuestros selectos lectores con un artículo de calidad, vamos a hablar de un personaje histórico cuya grandeza y valía no ha sido recompensada por los historiadores occidentales, mucho nos hablan de el Cid Campeador, Napoleón o cualquier Cesar romano, sin embargo, poca gente ha oído hablar del “Cojo de Hierro”, a continuación contamos unos pequeños fragmentos de su gran historia.

Tamerlán es el nombre occidental que se le dio al caudillo Timar Lang (Cojo de Hierro), este mongol nacido en Kesh, Transoxiana, Asia Central, fue uno de los mayores hombres de guerra que han pisado nuestro mundo, mucho se cuenta de Alejandro Magno, Atila o Gengis Kan, sin embargo, ninguno de ellos llevó a cabo una campaña militar tan radical y bajo el patrocinio de la Guerra Santa, como podéis ver seguimos como hace 700 años, nuestro personaje comenzó siendo ministro del virrey de Transoxiana, pero poco duró, en un abrir y cerrar de ojos le arrebato el poder y aquí comienza su leyenda.

Fueron numerosas las campañas militares, Tamerlán había nacido para la guerra y no existía fuerza militar que parase su avance, muy felices se las veían los reyes indios con sus escuadrones de elefantes entrenados para la guerra, pero a Tamerlán no le duraron ni un solo día, construyo profundas fosas donde cayeron los devastadores elefantes, los que aún quedaban operativos fueron atacados por manadas de bueyes enfurecidos gracias a las bolas de fuego que Tamerlán ordenaba colocar en sus lomos, los elefantes espantados huían arrasando las líneas militares de las que procedían, lo dicho mis queridos lectores, el cojo de hierro era un verdadero crac.

Su mano dura hizo temblar a los gobernantes de los territorios marcados para su conquista, aquellos que ofrecían mayor resistencia eran utilizados para adoctrinar al mundo, en el verano de 1401 el infernal calor de Irak no paró a Tamerlán en su propósito de conquistar Bagdad, ciudad traidora a su entender ya que la conquistó años atrás y no era bien recibido, por este motivo y como castigo el 9 de Julio, tras un mes de asedio, Tamerlán ordenó a todos sus soldados traer una cabeza cortada de cualquier habitante de Bagdad, cuentan las crónicas que se levantaron 120 pirámides de cabezas de unos 700 cráneos cada una.

Pero Tamerlán no era un bárbaro sin escrúpulos, solo se salvaron en aquella Bagdad los artistas, filósofos, escritores, músicos, etc,... todas aquellas personas que dotaran de esplendor a Samarkanda su adorada capital imperial, la cual conoció el mayor esplendor de su historia con Tamerlán, convirtiéndola en centro neurálgico comercial, financiero, y artístico.

Continúo extendiendo su basto territorio aplicando la ley de su espada, aquellos ejércitos vencidos eran adoptados por Tamerlán, quien incorporaba dichas fuerzas militares a sus bastos ejércitos mejorando sus condiciones de lucha, convirtiendo a todos sus soldados en expertos del arte del combate.

Era un hombre ambicioso, capaz de hacer ejecutar a 100.000 prisioneros de guerra hindús por atrasar la marcha de sus imperiales ejércitos hacia nuevos territorios que conquistar, pero el tiempo pasaba y el cojo de hierro iba envejeciendo, los años no le cansaron y aún tenia una cuenta pendiente, conquistar China y acabar con la dinastía Ming, partió hacia su objetivo a edad avanzada y con 40º bajo cero, pero el 19 de Enero de 1405 se encontró con aquella que iguala a todos los hombres, su mejor aliada, la muerte.

Este solo es un pequeño fragmento que pretende dar a conocer a un personaje de muchísima relevancia histórica que no sé por que motivos ha sido ignorado, sin embargo, si nos cuentan historias de personajes menores de dudosa valía, ¿alguien sabe quien es William Wallace?... dejadlo, no contestéis.