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Yola Berrocal
15/06/2004 Por: Teto

Seis grados de separación

Seguro que a muchos de vosotros os ha pasado. De pronto, habéis pegado la hebra con alguien que se os ha sentado al lado, y al final ha resultado que su ¡vecino es primo de la pescadera de tu calle! O sea, que de algún modo estáis conectados. Aunque también os ha podido pasar exactamente lo contrario: ¿De dónde eres?, De Cracovia, responde el/la desconocido/a. ¿Ah, sí? Mi compañero de piso en la carrera también era de Cracovia. A lo cual este habrán contestado con una mirada de póquer, como diciendo No me digas, cuando realmente quería decir A mi que coño me importa de dónde era tu compañero de piso. ¡¡¡Tú sabes lo grande que es Cracovia, gilipollas!!!...

Que a cuento de qué viene esto en una sección tan seria como esta de suciedad (uy, se coló una errata...sociedad, perdón, sociedad). Ahora os lo explicamos.

Hay una teoría no demostrada que dice que cualquier persona del mundo está conectada como máximo por seis grados con cualquier otra. Es decir, que si te encuentras a una persona de Guinea Conakry, y te pones a buscar en serio, resultará que una vez estuvo sentado al lado del astrólogo de la tía de un cabo que tuviste en la mili.

Si transpolamos esta curiosa teoría al casposo mundo del famoseo patrio, comprobamos que la persona que un día se paró a pensar acerca de tan deslumbrante hecho no conocía este mundillo, y por esta razón se equivocaba, aunque no estaba mal encaminada. Absolutamente todos nuestros famosos, están conectados, pero no con seis grados de separación.

¿Un ejemplo? Allá va. Tomemos como punto de partida una relación del mundo rosa: Marujita Díaz, y el inseminador cubano Dinio. (Que conste que cualquier otra inestable y popular pareja serviría para ilustrar esta teoría, y que nos decantamos por ésta sencillamente porque nos sale de los cojones).

Bueno, pues eso. Dinio (por cierto, ¿¿cómo se apellida este tipo??), el cubano guasón de mirada perdida y dicción imposible; y Marujita Díaz, el caduco y recauchutado fósil de la folclórica España profunda. No vamos a entrar en cómo y por qué se conocieron. Ni siquiera haremos sarcásticos comentarios acerca de lo ridículas que resultaban todas y cada una de sus apariciones televisivas durante el tiempo que permanecieron juntos. Tan solo vamos a comprobar como gracias a esta relación imposible y partiendo de la premisa que da sentido a este escrito, esos seis grados de separación, Dinio está ligado de por vida al mismísimo Rainiero de Mónaco.

Resulta que después del cubano, Marujita tuvo un lío con el francés Daniel Ducruet, ex-guardaespaldas y a la sazón ex-marido de la díscola princesa del Principado Monegasco, Estefanía, hija, fíjate tú, de la difunta Grace Kelly y Rainiero.

Así de sencillo. Tres grados de separación y el bueno de Dinio está ligado eternamente al vejete Rainiero.

Liemos un poco más el asunto y aumentemos un grado esta separación. Metamos en toda esta historia a, temblad, Yola Berrocal. Sí amigos. Si podemos tirar de los líos del fósil de los ojos dislocados, por qué no tirar ahora por el lado del confuso Dinio.

Pues ya veis, cuatro grados bastan para unir a uno de los personajes más deleznables de la caspa hispana, con uno de los personajes más fiesteros de la Historia de Europa. ¿¿O es que recordáis algo en el Principado de Mónaco que no sean fiestas y más fiestas??

Y en este punto es cuando encontramos sentido a esta unión imposible: la FIESTA. Y nos percatamos que si avanzamos un grado más y llegamos a Pocholo, compañero de Yola y Dinio en ese infame producto televisivo que fue Hotel Glam, esta unión adquiere aún más sentido.

Y bueno, podríamos seguir, y hacer sangre del asunto metiendo aquí a Don Francisco, ya que el bueno de Pocholo, es sobrino del yerno del Caudillo...vaya, ha sido mencionar a este personajillo y me ha recorrido un escalofrío por el cuerpo que ¡¡¡¡qué miedo!!!!

Lo dicho, mejor lo dejamos aquí y os retamos a establecer uniones entre famosos y menos famosos para que comprobéis por vosotros mismos que esta teoría es real como la vida misma.

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